jueves, 12 de febrero de 2015

Algos

Cansados los ojos
crean en tela arácnida
un escudo reseco,
con sabor a limón amargo.

Pese a que el recuerdo aún conserva
ese perfume a manzanos al horno,
cuya miel era lago candente.

El anhelo siempre será verde
sobre la tumultuosa sombra,
y la risa se elevará en ecos
donde transmutan fuentes en mar.

Zambullo el ocaso, las ramas quebradas,
la vulgaridad de los sueños que sueñan
a la entraña de la piedra convulsionar.

¡Ay peregrina idea!
Sorda a la música sepulcral
que cantan las peñas,
me resisto a reptar sobre la arena.
El mar y la muerte no lloran.


12.02.15