ola congelada en la Antártida
Mi espíritu es de un galeote ígneo
cuyo cúbito lleva inscrito el devenir
del oleaje coagulado,
de la costra de un seísmo echado a su fin.
Mas evoco cual calco vivificado
el revuelco de la zona abisal
engullendo alegrías,
lujuria de algas replegadas,
de pétreos arrecifes coralinos
y el ahogamiento angustioso de la ostra...
Desde mi islote,
húmedos salinos recuerdos
dejan ver el nácar,
¿Cómo asegurar
que sea la esperanza?