Como maliciosa gata merodeo
antojada
de refrescar el bochorno,
cuando evoco, los quejidos
de tu ímpetu bravío.
Aventurera relamiendo voy
incendiaria, el enajenado
sortilegio
de tus versos emotivos.
Mírame
y festeja la voluptuosidad
que emboca
en los labios estrechos.
¡Cómo escurre
el Páramo de Venus!
Con todos los delirios...
¡Virginal explosión,
al rojo vivo!