domingo, 1 de marzo de 2015

Nácar salino

ola congelada en la Antártida

Mi espíritu es de un galeote ígneo
cuyo cúbito lleva inscrito el devenir 
 del oleaje coagulado,
de la costra de un seísmo echado a su fin.

Mas evoco cual calco vivificado
el revuelco de la zona abisal
engullendo alegrías,
lujuria de algas replegadas,
de pétreos arrecifes coralinos
y el ahogamiento angustioso de la ostra...

Desde mi islote, 
húmedos salinos  recuerdos
dejan ver el nácar,
¿Cómo asegurar
que sea la esperanza?


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