martes, 20 de enero de 2015

Mirada de mujer


Este es un día frío en mi Lima, de esos días en que abrigada en mi rincón mas cómodo medito algunos episodios de mi vida, me acuerdo de las pocas veces que he compartido con mi familia mirar la televisión...No es que sea adicta a las telelloronas, no, para nada, ni esas que les dicen series, cambiándoles el apelativo nada mas. Pero cuando daba esa mexicana con Angelica Aragón...A veces le atinaba a darle mi tiempo y atención.

Y es que nada mas cercano ha lo que se vive y se calla, por muy mujeres liberadas dejamos que el macho, conste, que digo macho, no hombre, con ticket de entrada vip gratuita, le dejamos que éste, haga y deshaga.

La abnegada actitud de la madre que clama por la armonía de su hogar, teniendo como hijos a los que ha parido y al marido por igual. Siendo el ángel que custodia, vemos como normal, que los demonios salgan y hagan fiesta sin importar, si esta mujer tiene sentimientos e ilusiones como todos los demás.

Para colmo de estos males ni siquiera hay un pacto de fidelidad, entre las mismas que tenemos pechos, caderas, vagina y nalgas..Pues parece que confunden el supuesto sexto sentido femenino...alegremente con el sexo consentido.

Y hay llegan los cuernos, los chinchones en la frente que van adornando al mas ingenuo y corriente.
La costumbre de felicitar al susodicho, porque su virilidad no está en entredicho, y de consolar con hipocresía a la que su desdicha llora al pie de la Virgen María.

Pero la sociedad no perdona si alguien transgrede lo normal, si la baraja sobre la mesa al revés empieza a jugar.
Y es que los milagros del santo bendito no pueden ser imaginados por ninguna santa bendita; hasta sonaría como blasfemia, indecoro, vulnerabilidad de una regla.

Y es aquí donde vuelvo a escena
Siempre me he preguntado ¿por qué para ser mujer, o que me vean como mujer...debo seguir la regla?
Está todo minuciosamente estipulado, como si el hombre buscara defenderse de un fantasma...

De niña no le temía subirme a los techos como gata exploradora y en mas de una vez casi ni la cuento...
Me gustaba la serie viaje a las estrellas por el Dr. Spock, bueno, no he sido tan rara...también escuchaba los boleros, aunque las declaraciones de amor solo las he escuchado en las películas,
porque para mi, las palabras vuelan y los hechos si dejan huella.

Ya casada y con hijos adoraba ver la serie Xena, pues me parecía en su fantasía mas convincente que la dulce princesa bella durmiente o la cenicienta del príncipe azul.
Hace mucho me dijeron que la esencia del hombre es de ser conquistador y se asusta cuando le roban su rol...

Creo que si la mujer en estos años ha evolucionado, o mejor dicho se ha recuperado, el hombre debería hacer su parte, despertar, y como buen conquistador empezar a ganar verdaderas batallas.
A veces siento que se ha quedado en lo cómodo, en lo fácil que se le sirve en bandeja y está perdiendo su esencia.

¿Será por eso que desbocan en guerras? ¿En violencias que son insatisfacciones contenidas? ¿Miedo fantasmal de perder el trono, el poder que por años los ha sobrevivido?
Pues bien, el Aeón de Isis y el Aeón de Osiris andan en juegos, la Madre Tierra y el Dios Sacrificado reclaman. Si bien en la antigüedad se acusó al matriarcado de sacrificios y esclavitud, de no saber gobernar con prontitud, lo que se vive en manos de los hombres escarapela el alma, se está diezmando la vida por razonamientos que no tienen ni pies ni cabeza...Y aún a pesar de sus miedos y pequeño poder, la vida impone sus propias reglas de equidad.

Si llegaron hasta aquí pueden darse cuenta que del rincón de mi habitación e pasado de la TV, a mi infancia y juventud, hasta el punto quiebre de la realidad que se cuela en mi particular manera de ver el mundo...mi género y lo masculino, pues todo se genera desde cómo nos vemos y cómo expresamos nuestros miedos a lo desconocido...¿o será a lo reconocido?

27.07.14

No hay comentarios:

Publicar un comentario