martes, 20 de enero de 2015

Alianza


Allí donde no ha corrompido
la mano del hombre,
todavía se respira vida
la voz oímos de Dios,
y su grandeza que es amor puro
revitaliza nuestro amor.

Allí donde el silencio es quebrado
por el viento y las ramas,
comprendemos la verdadera miseria
en la que vivimos atrapados.

Nos llenamos de tantas cosas obsoletas
en las que nos vamos mimetizando,
y la importancia de nuestra vida
agoniza entre necesidades de fachada.

Más allí, en esas cumbres
la naturaleza canta
y protege la divina promesa
de su alianza. 


06.04.14

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