martes, 20 de enero de 2015

Catarcis



Respiro, lo cual me deja sentir que vivo.
Veo, y por ello miro que hay vida allá afuera
Percibo, por mi piel el clima que me acompaña
Oigo, hasta el silencio de mi noche
Digo...que hoy me he dado unas horas donde no matar mi tiempo.
Me explico:
En estas fechas, llegan de todos los lugares del mundo a nuestras costas, un sin numero de aves, animalitos que tiene las suerte de viajar, atravesando kilómetros de kilómetros en bandadas familiares, algunos logran este objetivo, muchos quedan en el camino, especialmente los que van por delante, guiando...
Al mirar como cruzaban frente a mi, en ese avance ondulante, rítmico, ordenado...Me dio un poquito de envidia, y las ganas de ser una de ellas...Pero a la misma vez, se me ocurrió que asemejaban al paso de la vida.
Atrás, iban los más pequeños y las aves hembras, y por delante los machos, los mas fuertes, siempre van en forma triangular asemejando a una flecha.
Nosotros, vamos adquiriendo experiencia y dejando huella, también quedando en el camino, dando paso a los más fuertes, pero, siempre procurando preservar nuestra herencia, no queremos pasar por la vida como si nada, desapercibidos, queremos transcender de alguna manera.
No creo tener la fórmula...Pero intuyo que esas aves deben sentir al milímetro la fuerza del aire, los olores, la temperatura, los colores, perciben detalladamente todo, equilibrando sus alas, su fuerza, vigor y templanza. Imagino que saben, que estando por delante tienen menos tiempo de vida y lo aprovechan de la mejor manera; los más jóvenes irán captando y tomando nota del modelo que ven de sus mayores y las hembras pondrán de su parte, cuidando la alineación y protegiendo a sus crías...Aquí es donde creo estamos tan lejos de asemejarnos a ellas...Porque vivimos tan alborotados, que raudo el tiempo nos arrebata lo intangible, no paladeamos...tan desinteresados con el prójimo, tan desvinculados de la realidad que nos toca vivir...Tan Ícaros...que dejamos nuestros sueños calcinarse por el calor de nuestra furia, de ese desasosiego que nos da el vivir vacíos, sin objetivos que nos hagan menos mezquinos.
Necesito aire, oxigeno, que me haga entender que puedo liberarme, como esas aves del martilleo constante de lo que dicen que es vida.

16.03.14

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