"Entonces dijo Dios:
Haya lumbrera en la expansión de los cielos
para separar el día de la noche;
y sirvan de señales para las estaciones"
pintura de : Graham Gercken (Australia)
NUESTRAS ESTACIONES
Y sean ellas, las estaciones
contables a la edad de la tierra,
semejante a la del ser humano,
pues, primaveral llega la infancia,
entre juegos, colores, y curiosidades;
apasionado como un adolescente el verano,
con sus urgencias e insoladores romances;
y el apremiante frío invernal, a calarnos los huesos
viene, en nuestra madurez con tormentos y chubascos.
Más la serena tranquilidad otoñal se alcanza,
unas veces en soledad, haciendo propicio el descanso,
en consonancia perfecta
cuando el hombre es piel del árbol
que se deshoja, retornando a la madre.
Gira la tierra,
y giran nuestras propias estaciones
hasta el rítmico personal sonido ciego
de nuestro deceso.
27.02.15
No hay comentarios:
Publicar un comentario