Cansados los ojos
crean en tela arácnida
un escudo reseco,
con sabor a limón amargo.
Pese a que el recuerdo aún conserva
ese perfume a manzanos al horno,
cuya miel era lago candente.
El anhelo siempre será verde
sobre la tumultuosa sombra,
y la risa se elevará en ecos
donde transmutan fuentes en mar.
Zambullo el ocaso, las ramas quebradas,
la vulgaridad de los sueños que sueñan
a la entraña de la piedra convulsionar.
¡Ay peregrina idea!
Sorda a la música sepulcral
que cantan las peñas,
me resisto a reptar sobre la arena.
El mar y la muerte no lloran.
12.02.15
crean en tela arácnida
un escudo reseco,
con sabor a limón amargo.
Pese a que el recuerdo aún conserva
ese perfume a manzanos al horno,
cuya miel era lago candente.
El anhelo siempre será verde
sobre la tumultuosa sombra,
y la risa se elevará en ecos
donde transmutan fuentes en mar.
Zambullo el ocaso, las ramas quebradas,
la vulgaridad de los sueños que sueñan
a la entraña de la piedra convulsionar.
¡Ay peregrina idea!
Sorda a la música sepulcral
que cantan las peñas,
me resisto a reptar sobre la arena.
El mar y la muerte no lloran.
12.02.15
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