Aquí no hay cinema en primera fila,
la película de la vida cobró el grito
sin espanto, nada casto...
Toda pureza se ha perdido
en el ensordecedor fusil y metralla.
Han saltado las bisagras violentadas
de puertas y ventanas,
de esos corazones inocentes
que recién latían en los vientres,
antes que los amamantarán.
Como feroces hambrientos lobos
indiscriminadamente en acto lúdico
pisotearon el verdor y el respiro
imponiendo sus criterios y juicios.
Hay portales abiertos sobre el cielo
y en las grietas del mismo infierno.
05.02.15
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