Mi corazón no dejó de ser pirata,
el rumbo lo encontró en tus ojos,
en la pradera de tus mejillas,
en la cumbre de tus hombros
y en lo agreste de tus cabellos
la primicia de mis asombros.
Al mar inmenso de tu espíritu fiero
aposté mi aventura,
jamás he dejado de ser pirata, sobre
lo angosto, lo ancho y también
por qué no, en lo adverso
yo dibujé mi ventura
19.11.14
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