Sus rayos luminosos
van regando por su diestra
y por el siniestro lado
de la tierra fecundada
sin ningún distingo.
llegar a anclar con fuerza
en un ocaso coralino.
Mientras que indiferente,
raudo pasaba
sobre mi imperceptible vida,
hice humedad de mi nido
para sostener su sueño,
aunque al amanecer
vuelve a ser ajeno
lejos de mi sino.
17/11/14
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