(Pintura de Ron Di Scenza)
Sometida a tus ganas, todavía
se me estremece el alma
cuando destilas poesía,
y todos mis sonrojos
y estos temblores que a mi piel
fustigan, gritan solo tu nombre
en un aletear que cicatriza mis heridas.
Todavía, el pulso se acelera
en estas horas enmohecidas
donde mi abrazo te busca
y termino arañando las sábanas vacías.
Nocturna,
quisiera prostituir mi palabra
para que la sientas lasciva,
con el delirio sin querellas
y volver a inquietar tus días.
Más todavía presiento
un rumbo villano, aguardando un adiós...
Dime tú, si será para olvidar el pasado
o la oquedad de este amor.
08.03.14
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